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Santo Domingo, Distrito Nacional, Dominican Republic

martes, 2 de febrero de 2010

Lo Que Les Toca del Pastel


Todavía a estas horas no se sabe cuales serán los candidatos que las alianzas y los amarres personales llevaran para elegir Senadores, Diputados, Síndicos, Regidores y suplentes.

Se han creado expectativas, muchas fruto de especulaciones, sobre todo de los intereses particulares y de los partidos minoritarios.

Por todos estos años no se hará una alianza de la dimensión de la Alianza Rosada del 2006, entre el Partidos Revolucionario Dominicano y Partido Reformista Social Cristiano, y los resultados de ésta no fueron muy beneficiosos para los involucrados en la misma.

Pero el morbo y los intereses de los aspirantes ponen a circular tantas combinaciones y razones para esas alianzas, que terminamos, como siempre, dejándonos arrastrar por estas situaciones. Porque somos un pueblo que se cree conocedor de todo, no sólo de pelota, que como dicen es nuestro deporte nacional se entiende que todos sabemos de pelota, criticamos y analizamos cualquier jugada y muchas veces no le hemos puesto la mano nunca a un guante o a un bate, pero como todos somos expertos, hay que opinar.

Es lo que sucede en la vida política, que cualquiera analiza las ventajas y conveniencia o no de una alianza y los ciudadanos se forman una perspectiva que mentalmente convierten en realidad y sobre esa base la mayoría los comentaristas especulan diariamente en los medios y crean una atmósfera irreal, sobre un hecho irreal, que parece real.

La verdad es que existen dos fuerzas políticas totalmente definidas, que son el PRD y el PLD, entre ambas suman mas del ochenta por ciento del electorado y que en algunas candidaturas para Senador o Síndico, cualquiera de esos pequeños partidos puede inclinar la balanza hacia un lado u otro.

Pero las pretensiones de los dirigentes de estos pequeños partidos es venderles a sus seguidores que se hará una gran alianza nacional para que se fajen a trabajar, es un intento de levantar los ánimos, perdiendo de vista que las encuestas y las elecciones terminarán desmontando esas falsedades y les pueden ocasionar frustraciones incurables a parte de esos pequeños partidos, que sin una alianza con uno de los dos grandes, indefectiblemente perderían su reconocimiento ante la Junta Central Electoral.

Esperemos las definiciones, los cambios serán mínimos, aunque aparenten grandes, no sucederá otra cosa que no sea que los dos partidos grandes se dividirán el pastel, y lo que estos no se puedan comer, los comerán los demás, pues no tienen fuerza para impedir o dañar la fiesta.

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