El Partido Revolucionario Dominicano está en una nueva crisis, dos tendencias se disputan el control después de la derrota del pasado 20 de mayo. Un partido que debería ser contrapeso del gobernante Partido de la Liberación Dominicana escoge nuevamente la confrontación interna y, rehuyendo la responsabilidad como partido mas votado, se enfrasca en una lucha que terminará con un vencedor, pero le hará un daño irremediable al partido del jacho prendió.
Sin importar quienes tengan la razón, algunos viejos robles del partido parecen estar decididos a llevarse al PRD a la tumba con ellos, esos mismos dirigentes que nunca permitieron el ascenso de los jóvenes, ahora que ya no tienen nada que buscar, están empeñados en desmembrar un partido que representa el 50% del electorado dominicano.
No tienen parámetros en sus intentos, no importa que el país observe atónito el desorden, que acaban de perder las elecciones precisamente por los votos que les negaron los sectores que desconfían de sus lideres y solo han pasado unos días cuando ya les están dando la razón a ese sector que siempre a tenido dudas sobre la viabilidad de ese partido.
Uno de sus argumentos de campaña para enfrentar al PLD fue que querían evitar una dictadura de partido y mismo argumento obligará al poder fáctico de la nación a buscar quien compense el poder del PLD dentro de la democracia, porque el PRD definitivamente seguirá peleándose y no jugara el rol que le corresponde. Ojala no estemos asistiendo al comienzo del final de uno de los principales partidos que han existido en nuestra América.
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