A una prueba de fuego será sometido el Partido Revolucionario
Dominicano en la próxima reunión de su Comisión de Disciplina. Allí
de decidirá si los miembros de ese glorioso partido continuaran manejándose como chivos sin ley o optaran por
acabar con los vicios que les han impedido
escalar al poder en las últimas contiendas
electorales.
Por un lado tenemos a un Miguel Vargas Maldonado que parece
haberse empantalonado para expulsar a todos aquellos que no lo respetan y desconocen
de una manera burda su bien ganada presidencia en aquellos momentos en los que el
PRD parecía haber sucumbido después de la crisis del 2003-2004, cuando los que
hoy lo objetan pensaron que todo había acabado y abandonaron sus posiciones
dejando a esa inmensa militancia abandonada.
Por el otro lado tenemos al ex presidente Hipólito Mejía que
viene de sacar 46.95% de los votos en la pasada elecciones y acusa a Miguel de traidor
y responsable de su derrota. Un hombre tosco, poco político, pero con bríos
suficiente para dañar la fiesta a cualquiera, que tiene detrás a un grupo de hombres y mujeres que simbolizan parte de la historia del
PRD que se irían con el, en caso que fuera expulsado como todo parece indicar, pero que no tienen el carisma necesario para formar otro partido, por lo que
tienen que echar el pleito adentro si quieren seguir en política.
Lo que pase será beneficioso para la democracia y
para el PRD, de eso pueden estar seguros, no es posible seguir soportando tantas
diatribas entre “compañeros”.. Si no pueden
estar juntos que se separen, ese partido ha pasado por numerosas crisis y ha
logrado reponerse. Parece que. llego la hora decisiva. Esperemos.
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