Todo parece indicar que con
Leonel Fernández se acaba de cerrar un ciclo histórico que comenzó con Joaquín
Balaguer en el 1966, donde el presidente hacía y deshacía a su antojo y la suerte de la población estaba sujeta a las buenas intenciones del incúmbente. La aceptación que el pueblo dominicano le esta dando a Danilo Medina (casi un 90%) tiene
preocupado a los que han vivido como trepadores en todos los gobiernos.
Los sorteos de las obras públicas
sin importar el partidismo, la solución
del problema de la Barrick ,
la construcción de las plantas eléctricas en Azua y Montecristi, el
sometimiento de los usurpadores de Bahía de las Águilas, el manejo del dinero
del pueblo con sobriedad y otras formas de conducirse del presidente, auguran el
nacimiento de nuevos liderazgos no contaminados.
Aquellos que cometieron
tropelías y robaron los dineros del pueblo para
intentar volver al poder sufrirán las peores consecuencias, están perdiendo su preponderancia y comienzan a sentir el
desprecio de la ciudadanía. Se acostumbraron al trafico de influencia, hacer negocios de aposentos y ahora
se le esta haciendo imposible trascender, no pueden coexistir en una sociedad
donde se respeten la normas elementales de convivencia. Que bueno.
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