Nelson Mandela se acaba de marchar, su vida ha sido totalmente
fructífera, el mundo llora por la pena que produce su muerte o por la alegría de haber convivido con un ser
excepcional. “La muerte es algo
inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para
con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo
y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad”, eran sus palabras
Sus enseñanzas perduraran
por siempre, “El
hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo”. Y lo demostró durante su
presidio, la conquista del poder, después de mas de 27 años de cárcel, así lo
confirma, Mandiba, como era conocido en su país, Sudáfrica, (título
honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela; también era llamado Tata).
Los hombres como Mandiba son
escasos en éstos tiempos y siempre, su concepción de vida se da muy pocas
veces, “Los verdaderos líderes deben estar
dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”, y “Me gustan los amigos que tienen pensamientos
independientes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos”,
son dos de sus pensamientos que nos desnudan a un hombre integro y
respetuoso, y nos hace comprender parte
de las razones por las que pudo mantenerse tanto años firme en sus convicciones
y, finalmente, conquistar el poder y
liberar a su pueblo..
Háblale a los suyos de ese hombre, coméntele para que
aprendan y conozcan las historias que han marcado a la humanidad. Lo que es el
sacrificio y la humildad, dos condiciones que siempre acompañan a los
triunfadores. Recuerde ésta frase de Mandela, que vienen muy
bien en éstos momentos que vivimos los dominicanos; “Nadie nace odiando
a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”.
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