Solamente los miembros del Partido Revolucionario
Dominicano, aunque usted no lo crea, parecen ignorar la importancia de su partido. Podrán
conocer la historia, el legado de los hombres que han luchado desde 1939, pero
no lo respetan o por lo menos, es lo que demuestran.
Solo así se puede explicar que no se pongan de acuerdo, que no se dejen de pelear, que comprendan
que el PRD es de todos, sin excepción, y
se dediquen a buscar lo que los une deponiendo intereses personales, que piensen que si su partido esta bien, ellos, los de Miguel
Vargas e Hipólito Mejía, también lo
estarán.
Pero no, los seguidores de Miguel dicen
que Hipólito esta afuera y afuera se
quedará, y los de Hipólito dice que van a sacar a Miguel, que éste no tiene a
nadie y que el, junto al gobierno, quiere dividir el partido. Como si la
tozudez de ambos bandos necesitara ayuda de afuera para dividirlo.
Cuentan que en el Infierno y en el Paraíso se sirve la misma comida, y en ambos lugares se
tiene que comer con una cuchara larga agarrada por el extremo, lo que prácticamente impide que puedan llevársela directamente a la boca por el largo de la cuchara.
En el infierno, como todos comen solos y se viven peleando, movidos por el interés personal y obnubilado por la angurria y el afán de ganarle a los otros, aun teniendo abundante comida, todos están flacos y muriendo de
hambre por la imposibilidad de llevarse la comida a la boca con una cuchara tan
larga.
En cambio en el Paraíso, con la misma cuchara larga, comen de la cuchara del otro y viceversa, se dan la comida uno al otro sin
resquemores, compartiendo se alimentan,
allí en el Paraíso todos están rozagantes porque el ego no los entorpece.
El país necesita un PRD funcional, eso solo se consigue si ellos entienden, si dejan
los pleitos que tiene harto a la
sociedad. No tienen que salirse ni sacar a nadie de ese infierno, solo tienen
que ayudarse mutuamente para convertir ese partido en un Paraíso. De ellos
depende y de nadie mas.
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