Indiscutiblemente que en los primeros gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana ,
presididos por Leonel Fernández, quedaron sentadas las bases que le han permitido
al presidente Danilo Medina emprender una gestión conforme a las expectativas que tenía la
gente de ese partido.
Que un nuevo grupo de hombres y mujeres hayan llegado al
gobierno con ideas renovadas, tratando de enmendar los errores que pudiesen
haberse cometido, sin escándalos, es la lección más importante que han recibido los dominicanos en los últimos años: Romper
con el miedo a los cambios y, sobre
todo, reconocer la importancia de éstos para el perfeccionamiento
de la democracia.
Después de ésta experiencia, sería un insensatez pensar que el
pueblo dominicano no exigirá caras nuevas cada cuatro años. En éste nuevo escenario político los dominicanos buscaran
los referentes que se acomoden más a sus
intereses. Por cual partido se va a votar en el 2016 no parece estar en discusión,
lo que esta en el tapete es quien encabezara la boleta, lo que esta en juego ea quién encarna las
esperanzas de inclusión y solidaridad.
Por suerte, los
dominicanos, principalmente los
miembros del PLD, conocen a todos los que intentaran competir en su partido,
allí coincidirán mansos y cimarrones,
quienes hayan sembrado en el corazón de los peledeístas cosecharan, los
que se olvidaron de esa base hambrienta de solidaridad, recibirán el castigo merecido.
Con Danilo ha quedado
demostrado que podemos mejorar cada cuatro años, que cada gestión puede ser mejor que la anterior. El camino es largo, las aguas se
irán aclarando, no son muchos los que pueden exhibir la hoja de servicio que el
pueblo exigirá a los que pretendan gobernarlo.
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