En buen
dominicano, la reacción del senador Félix Bautista contra el Procurador general
de la Republica Francisco Domínguez Brito la semana pasada, fue una campanuda metida de pata, sin
importar la veracidad o no de lo que dijo. lució grosero, poco elegante.
Es entendible la desesperación
que refleja Félix con esta acusación formulada por el Ministerio Publico de un gobierno que él
ayudó a ganar y un partido que es Secretario de Organización, el de la Liberacion Dominicana (PLD), del cual tanto el acusado como el acusador son miembros de su Comité Central, lo que no
ha sido bien valorado por los medios ni por la población, pero indudablemente es un paso de avance importantísimo que perteneciendo al mismo partido, esté siendo procesado por
sus compañeros.
Aunque las dudas que
tiene gran parte de la población sobre el resultado final de éste, y cualquier otro, sometimiento, se fundamentan en la impunidad que hemos vivido desde la fundación
misma de la república, no es menos cierto que hasta ahora las cosas se han
manejado con transparencia y no debemos condenar ni descargar a Félix ni a nadie mediáticamente, ni mucho menos politizar, en la medida de lo posible, un
acontecimiento tan importante para el futuro de la nación, sin importar cuál sea la sentencia final.
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