Los obispos reclaman al gobierno dejar caer todo el peso de la ley a los responsables de los hechos en la Oficina Supervisora, pero les faltó espicificar cual peso es que les van a dejar caer a esos señores, porque nuestras leyes son tan livianas (o los delincuentes tan pesados) que si se las dejan caer ni se enteran, como ha pasado hasta ahora.
Hemos escuchando de todo desde los inicios de dicha oficina y necesitamos que éste humilde hombre se suicidara para descubrir lo que todos
conocíamos.
Despertemos y exijamos decencia a los gobernantes, apoyemos al presidente para que tome el toro por los cuernos y haga lo que nunca se ha hecho, comenzando por fumigar la Oficina Supervisora para que no sea siempre protagonista cuando se habla de corrupción.
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