Manuel Jimenez militó en el Partido de la Liberación Dominicana y se preparó para competir en cualquier terreno. Conocía bien sus compañeros y logró posiciones importantes, en otras palabras, progresó y estaba aparentemente listo para ocupar puestos más relevantes.
Pero las circunstancias no le favorecieron, se desesperó y cometió un error que en nuestro país cometen muchos políticos: ignoran que los partidos son los que tienen los votos, que todo el que se va, se va sólo. Hasta figuras como Juan Bosch vivieron esa realidad.
Manuel echó por la borda su trabajo de años y ahora está coincidiendo con los que el criticaba. Aprendamos, una cosa son los deseos y otra la realidad. La paciencia, si Manuel hubiese hecho uso de ella, le habría permitido mantenerse como opción importante en el PLD, ahora está en el limbo dando tumbos. Los que se opusieron a su candidatura en el PLD terminaron teniendo razón. Que pena, Manuel no se merecía terminar así, pero él se lo busco.
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