
El Juramento Hipocrático, es un juramento público que pueden denunciar los que se gradúan en medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de carácter ético, para orientar la práctica de su oficio.
No se puede exigir a los médicos pertenecientes a la Asociación Médica Dominicana que cumplan con este juramento, porque su actitud, su actuación en la presente coyuntura de lucha, no se corresponde con la que están supuesto a observar profesionales de la medicina.
Ni tampoco se les puede endilgar al presidente de la AMD, que no tiene derecho y hasta razón para tratar de obtener conquistas sociales para su sector. Y mucho menos se puede decir que los profesionales, si es que cabe el término, están recibiendo una remuneración aceptable y justa por sus labores.
Se podría, como no, catalogar de indolente al gobierno por no atender las demandas de los galenos (hombre autorizado para ejercer la medicina), si aceptáramos como ciertas las argumentaciones de la AMD y los demás sectores que apoyan la referida huelga.
Pero sucede que todos hemos visitados los hospitales públicos y las clínicas privadas (que nunca están en huelga) y aunque son los mismos médicos, hemos podidos constatar las tremendas diferencias que existen en los servicios que ofrecen y lo difícil que le resultaría a las familias de bajos ingresos o de ningún ingreso acudir a una centro privado de asistencia.
Lo raro y lo extraño de esta situación es que el dicho que reza que toda regla tiene su excepción, en el caso de los médicos, se aplica a la inversa, y es que existen mas médicos dispuesto a servir por vocación a su profesión y que entienden la importancia de la labor social de sus servicios, que aquellos que han convertido a la AMD en un sindicato obrero, habitado por graduados en la carrera de medicina. O sea que la excepción en este caso sería la mayoría.
Como demuestra la historia de nuestros pueblos, las grandes luchas sindicales se han iniciado sobre una plataforma de dignidad, de decoro y sobre todo de demandas que por la justeza de sus reclamos se ganan el respaldo del pueblo y de toda la opinión pública, pero por la inmadurez, la falta de tacto, el protagonismo a destiempo en pos de escalar a otras instancias de los dirigentes gremiales, en vez de augurar salidas exitosas, se convierten en fracasos que no les permiten moralmente en el futuro hacer nuevos reclamos porque terminan impregnando de descrédito a una de las mas hermosas armas que tienen los hombres que trabajan para canalizar sus recalamos.
Una huelga de médicos indefinida es un barbaridad, pero hacerla escalonada, y extenderla cuando ya los pacientes se programan para buscar asistencia en la fecha que la AMD ha anunciado que terminaría, es una crueldad. Los sentimientos de estos dirigentes y los que los siguen, no tiene manera de catalogarse, son indolentes y abusadores, no por lo que exigen, sino por lo que les niegan a los mas necesitados.
Esta es la ley del karma:
Ni tampoco se les puede endilgar al presidente de la AMD, que no tiene derecho y hasta razón para tratar de obtener conquistas sociales para su sector. Y mucho menos se puede decir que los profesionales, si es que cabe el término, están recibiendo una remuneración aceptable y justa por sus labores.
Se podría, como no, catalogar de indolente al gobierno por no atender las demandas de los galenos (hombre autorizado para ejercer la medicina), si aceptáramos como ciertas las argumentaciones de la AMD y los demás sectores que apoyan la referida huelga.
Pero sucede que todos hemos visitados los hospitales públicos y las clínicas privadas (que nunca están en huelga) y aunque son los mismos médicos, hemos podidos constatar las tremendas diferencias que existen en los servicios que ofrecen y lo difícil que le resultaría a las familias de bajos ingresos o de ningún ingreso acudir a una centro privado de asistencia.
Lo raro y lo extraño de esta situación es que el dicho que reza que toda regla tiene su excepción, en el caso de los médicos, se aplica a la inversa, y es que existen mas médicos dispuesto a servir por vocación a su profesión y que entienden la importancia de la labor social de sus servicios, que aquellos que han convertido a la AMD en un sindicato obrero, habitado por graduados en la carrera de medicina. O sea que la excepción en este caso sería la mayoría.
Como demuestra la historia de nuestros pueblos, las grandes luchas sindicales se han iniciado sobre una plataforma de dignidad, de decoro y sobre todo de demandas que por la justeza de sus reclamos se ganan el respaldo del pueblo y de toda la opinión pública, pero por la inmadurez, la falta de tacto, el protagonismo a destiempo en pos de escalar a otras instancias de los dirigentes gremiales, en vez de augurar salidas exitosas, se convierten en fracasos que no les permiten moralmente en el futuro hacer nuevos reclamos porque terminan impregnando de descrédito a una de las mas hermosas armas que tienen los hombres que trabajan para canalizar sus recalamos.
Una huelga de médicos indefinida es un barbaridad, pero hacerla escalonada, y extenderla cuando ya los pacientes se programan para buscar asistencia en la fecha que la AMD ha anunciado que terminaría, es una crueldad. Los sentimientos de estos dirigentes y los que los siguen, no tiene manera de catalogarse, son indolentes y abusadores, no por lo que exigen, sino por lo que les niegan a los mas necesitados.
Esta es la ley del karma:
Todos en nuestra actual existencia, estamos recogiendo lo que sembramos en nuestras vidas anteriores y a la vez estamos sembrando lo que recogeremos en la próxima. Nunca comprendemos esto, y es así como la humanidad, no podrá escapar de esta cadena de consecuencias, ya que casi nunca sabemos el por qué de nuestros sufrimientos. Cuando una persona siembra desgracias, causando daño a los demás, de hecho eso mismo vendrá a recoger.

 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario