
Cuenta el hoy presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, en su libro LA AUDACIA DE LA ESPERANZA, sobre una conversación con Warren Buffet, el segundo hombre más rico del mundo, lo siguiente:
“Pasamos la hora siguiente hablando de globalización, de las compensaciones que recibían los ejecutivos, del empeoramiento del déficit comercial y la deuda nacional. Le inquietaba particularmente la anunciada propuesta de Bush de suprimir el impuesto de sucesiones, un paso que él cría, terminaría impulsando la creación de una aristocracia basada en la riqueza en lugar de en el mérito
-Si eliminas el impuesto de sucesiones-dijo-lo que haces es entregar la dirección de los recursos del país a gente que no se ha ganado esa dirección. Es como escoger el equipo olímpico de 2020 seleccionando a los hijos de todos los ganadores de los juegos del 2000.
Antes de marcharme, le pregunté a Buffet cuántos de sus colegas multimillonarios compartían sus puntos de vista. Se echó a reír.
-La verdad sea dicha, no muchos-respondió-, Tienen esa idea de que es “su dinero” y que se merecen hasta el ultimo centavo. No tiene en cuenta la inversión pública que nos permite vivir como vivimos. Tómeme a mí como ejemplo, Resulta que tengo talento para decidir donde poner el capital. Pero mi capacidad para usar ese talento depende por completo de la sociedad en la que he nacido. Si hubiera nacido en una tribu de cazadores, este talento mío sería bastante inútil. No corro rápido ni soy particularmente fuerte. Probablemente hubiera acabado siendo la cena de algún animal salvaje.
-Pero tuve la suerte de nacer en un tiempo y un lugar en el que la sociedad valora mi talento, me brindó una buena educación para que pudiera desarrollarlo y dispuso el sistema financiero que me permite dedicarme a lo que me gusta hacer y a ganar un montón de dinero en el proceso. Lo menos que puedo hacer es ayudar a pagar todo eso”.
No es un relato de ficción, es real, así piensan los que creen en su país. La aristocracia del dinero nos esta llevando por un derrotero que necesariamente culminará vencida por la aristocracia del mérito, no tengan ninguna dudas.
A un discípulo que siempre estaba quejándose de los demás le dijo el Maestro: Si es paz lo que buscas, trata de cambiarte a ti mismo, no a los demás. Es más fácil calzarse unas zapatillas que alfombrar toda la tierra. Anthony de Melo

 
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