Y entonces

El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar. Winston Churchill

Para los peledeístas

El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político, que promueve las libertades civiles y el máximo límite al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma de despotismo, suscitando a los principios republicanos, siendo la corriente en la que se fundamentan la democracia representativa y la división de poderes.

Aboga principalmente por:

El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad. El establecimiento de un Estado de Derecho, donde todas las personas sean iguales ante la ley, sin privilegios ni distinciones, en acatamiento con un mismo marco mínimo de leyes.

Para los perredeístas

Internacional Socialista

DECLARACION de PRINCIPIOS Adoptada por el XVIII Congreso, Estocolmo, junio de 1989

La democracia y los derechos humanos

17. El concepto de democracia se basa en los principios de libertad e igualdad. La igualdad de derechos para hombres y mujeres -no ya en la teoría, sino en la práctica, tanto en el lugar de trabajo como en el seno de la familia y en todos los aspectos de la vida social- forma parte por consiguiente de la concepción socialista de la sociedad.

18. La lucha del socialismo democrático tiene como finalidad lograr la igualdad de derechos para todas las razas, grupos étnicos, naciones y confesiones. En la actualidad estos derechos se cuestionan seriamente en muchas partes del mundo.

Y entonces, tantos años esperando el momento para organizar el país, para reivindicar los sectores progresistas de la nación, tantas alharacas desde los años sesenta y cuando se les presenta la oportunidad, cuando este pueblo les da la oportunidad, se confabulan con los retrogradas que han mantenidos en el ostracismo la modernidad y los nuevos tiempos, para aprobar ahora sin reflexionar, increíblemente el articulo 30 de la constitución, abortando los anhelos de esta sociedad, que estupefacta observa como se derrumban, de un solo porrazo, todos los santos del altar político, y con ellos, todas las esperanzas de vivir en un estado de derecho y libertades que tanta sangre y dolor le ha costado al pueblo dominicano.

Junto con esa iniquidad, con esa falta de valentía, se han convertidos en el hazme reír de aquellos a los cuales habían enfrentados, de aquellos que eran la razón de su existir como políticos, que ven en estos, no a un aliado, sino, a hombres faltos de coraje, manejables como marionetas, sin posiciones y carentes de principios.

Se han dejado vencer en su terreno, teniendo mejores armas, con una mayoría absoluta en la asamblea, sin luchar han cedido como cobardes, lo que jamás se hubiesen imaginados los lideres históricos de esos dos partidos.

Al país sólo le queda respirar hondo y esperar nuevos tiempos, donde la hidalguía de sus lideres no brille por su ausencia, y una nueva generación de hombres y mujeres que no tiemblen cuando se enfrenten a la verdad, se haga cargo de enderezar los entuertos que estos blandengues no han podidos por su falta de valor y por oportunismo.

Para lo que si tienen valor es para servirse como hambrientos, de los placeres y el bienestar que les provee el poder, sin pensar más que en ellos y en un grupito de acólitos, que aplauden y se ríen, aunque no les guste el chiste.