Con el Perdón

No hay formas de que algunos padres en nuestros países entiendan cuando un hijo le dice que debe retirarse, que es hora de cosechar lo sembrado, contrario a los países con tradición, donde el abolengo viene sucediéndose generación por generación, los que se retiran disfrutan al ver sus descendientes continuar la obra que sus antepasados realizaron con tanto amor y tanta dedicación.

No, aquí la edad y el tiempo parecen detenerse, no va con el calendario, sino con las ambiciones.

Principalmente en la política, los partidos esta llenos de jóvenes que no pueden escalar por el tapón, figuradamente hablando, que existe en las cúpulas, esto no es malo si se dedicaran, como lo hacen algunos, a servir de guías con su experiencia, a formar un consejo consultor que les permita observar desde esa posición como se desarrollan los jóvenes que han formados. Pero no, una gran parte de ellos se les ha olvidado la inexorabilidad del tiempo, pretenden perpetuarse, perdiendo la oportunidad de moldear a quienes lo sustituyan y así eternizar sus enseñanzas.

Es muy duro comentar estos deslices, pero parece que la edad no les permite discernir en que se están metiendo, entender que los empujan a postularse por conveniencia, que no están pensando en su historia, en lo que representaron, que son símbolos partidarios, que sus seguidores no entienden la razón para que hagan el ridículo en un torneo electoral donde la mayoría de los candidatos y los votantes desconocen sus luchas y no harán otra cosa que reírse y burlarse por no tener los referentes históricos para respetarlos.

Podría alegarse que Juan Bosch y Joaquín Balaguer tenían casi cien años, pero esos son casos excepcionales, les toco vivir una época en la cual la experiencia y el conocimiento eran adquiridos a través del tiempo, pero ahora, en la era de la informática, del conocimiento, la mayoría de nuestros dirigentes se han quedado rezagados, se han puestos viejos tempranamente por lo difícil que se les hace actualizarse.

Por favor, sálganse de esa maraña, ustedes hicieron mucho por el país, no terminen como insensatos, como seniles que les hacen cuentos a sus nietos para sacarles una sonrisa a la inocencia. Los viejos robles son duros y fuertes por el tiempo que han pasado expuestos a temporales, huracanes, terremotos y a todo tipo de vicisitudes, pero esta dureza los hace al mismo tiempo inflexibles, los imposibilita captar la realidad, pierden la sensibilidad, esto ha sido así desde siempre, una mirada al pasado y se convencerán de que es una carrera de relevo sin importar lo que uno piense, comienza y termina, eso es para todos, incluso para ustedes. Con el Perdón.