El nuevo billete de veinte pesos ha servido para recordar los tiempos en que veinte pesos eran “veinte pesos”. Aunque conocemos el valor real del billete, nos trae confusión cuando tenemos que usarlo, parecería que la papeleta de veinte pesos vale más que la moneda de veinticinco.
La presentación y guardarla en la billetera o cartera junto a los demás billetes, nos dan una apreciación más alta de lo que realmente tiene, cuando usted le da a un muchacho de los que trabajan en los supermercados, a un limosnero o a uno de los que parquean autos en cualquier parte de la ciudad, una moneda de veinticinco pesos se sienten bien, pero cuando usted le da un billete de veinte pesos, la sonrisa de satisfacción es mas agradecida, se siente mas recompensados y parecería tener mas valor que la moneda de veinticinco pesos que nació devaluada porque nos recuerda aquellas monedas de veinticinco centavos
Los que justifican esa moneda de veinticinco pesos aducen que se mandó a acuñar para darle uso en los peajes, cosa que no entendemos porque en la mayoría de los peajes existe un personal para cambiar dinero. De todas maneras, cualquiera que fuesen las razones, fue una medida infortunada, tomada al parecer sin medir las consecuencias, pues en la psiquis de los dominicanos, ha sido un intento de devaluación incomprensible, más ahora que se ha vuelto a imprimir el billete de veinte pesos.
Pero como en nuestro país siempre se dan las cosas mas extrañas, ahora tenemos una moneda de veinticinco pesos que aparenta menos, que se cuida menos, que se ve inferior a los veinte pesos nuevos, que ha logrado los elogios de muchos dominicanos, que como siempre, les importa muy poco la esencia de las cosas, de lo que pasa, y siguen la vida bailando la música que les tocan, aunque esa música no les guste, esas son las casas que nos hacen un país muy especial, un billete de veinte pesos que se aprecia mas que una moneda de veinticinco.

 
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