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jueves, 16 de septiembre de 2010

Uno invitado: Lo mejor de cada casa a un gobierno de honestos

5 Septiembre 2010, 11:48 AM
El Bulevar de la vida
Escrito por: Pablo McKinney (pablomckinney.com)

¡Lo mejor de cada casa a un gobierno de honestos

A: Eduardo Guillermo Pina Mirabal, Temito.

Ahora que en un descuido de Dios se nos ha marchado Juan Francisco Santamaría, histórico dirigente de ese peledeísmo vencido por la realpolitik y sus imposiciones, es buena hora para reflexionar sobre los nuestros, nuestros descuidos.

En la última entrevista que nos concediera, Juan nos recordaba la vieja frase de Camilo Torres sobre insistir en nuestras coincidencias y postergar nuestros desacuerdos.

En los partidos liberales nuestros, aunque ya solo sean liberales de postalitas, sobreviven raros especímenes como Juan Francisco que, aterrizados en la realidad, no dejan de soñar con la posibilidad de un mejor camino para todos. Son unos raros señores que desde el poder no son frustración sino ejemplo. Y andan por ahí, a veces vencidos en una cristiano derrota de dignidad y decoro.

Estos señores, progresistas auténticos como Juan Francisco han vivido, viven, con un estandarte ético bochista, descuidando siempre del destino justificador… “yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui/ allá Dios que será divino/ yo me muero como viví.”

Juan Francisco fue un ejemplo del boschista que el viejo sabio de Río Verde quiso formar, culto pero alegre, bien documentado pero sin olvidar la santa poesía y sus dones. En la última entrevista, sabiéndome herido, me golpeó con Lope de Vega: “huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño: creer que el cielo en un infierno cabe; dar la vida y el alma a un desengaño, ¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.”

Así eran, fueron, son, debieron ser los hijos del viejo sabio en el PRD y en el PLD. En ambos partidos, tan jodidos de victorias ya, aún quedan gente así, probadas en la dignidad y la honradez personal desde un gobierno. No con todos ha podido la realpolitik.

Hoy, la meta sería retomar el sueño de los vencidos como Juan Francisco. Sueños que en Madrid, entre carajillos él me reiteraba cada vez que yo, fascinado, le contaba de mis encuentros con el Dr. Peña Gómez que para 1990 estuvo dispuesto a esa alianza.

¡Lo mejor de cada casa a un gobierno de honestos! Perdón por la nostalgia, (serán los medicamentos, amor.)

Ni Juan ni Quilvio Cabrera están ya entre nosotros. Que se cuiden los honestos del gobierno: La muerte, borracha y loca, anda buscando los buenos.


Saludos señor Mckinney,

A los que nos toco la oportunidad de estar al lado de Quilvio Cabrera desde niños, de participar juntos en los gobiernos del PLD, que salimos ilesos, que no nos contaminamos, nos satisface la referencia que usted hizo de El.

Nos demuestra que mientras existan personas como usted que, a pesar del nubarrón que cobija nuestra tierra, no se distrae y busca en el cielo oscuro la luz que se deriva de las tormentas y confía, como nosotros, que no todo esta perdido, que no somos muchos, pero estamos conscientes del deber y la obligación de seguir siempre intentándolo.

Gracias en nombre de la familia Cabrera,

Gracias en nombre de los que acompañamos a Quilvio,

Robert Núñez Cabrera

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