A comienzo de los años noventa, recién terminando el tormentoso proceso electoral en el que se disputaron la presidencia Juan Bosch y Joaquín Balaguer, conversamos con algunos amigos en el parque Patria (hoy Juan Rosado) de mi terruño natal Sabaneta, Santiago Rodríguez, y me sorprendí al escuchar que un grupo del PLD, en el que estaba Danilo Medina, tenía datos confiables de que Leonel Fernández podría ser la figura que sustituyera con éxito a Don Juan Bosch.
Pregunté quien era Leonel y me dijeron que un joven criado en New York que comentaba sobre temas internacionales, en esos tiempos sobre
Los resultados del 1996 confirmaron los datos, Leonel Fernández ganó y veinte años después me sorprende agradablemente ver y escuchar a un Danilo Medina tratando de encontrar un hueco para llegar al poder y ejecutar las políticas en las que cree y a las que ha dedicado toda su vida estudiando, escudriñando soluciones para los acuciantes problemas de la nación,.
Trabajador incansable, componedor empedernido, peledeísta incuestionable, defensor de los menos favorecidos y solidario hasta la saciedad, condición ésta aprovechada por escaladores y trapisondas, que se ganan el cariño y la hermandad de Danilo y terminan tergiversando y contaminando los propósitos del grupo, produciéndole más daño que bien, radicalizando posiciones, provocando escozor dentro del PLD.
La suerte que nadie puede dudar de la honestidad y el empeño de Danilo por la causa peledeistas, Danilismo debería ser sinónimo de peledeísmo, y terminará siéndolo. Ojala que las circunstancias le abran el camino, que el país tenga la oportunidad de ver realizadas las políticas que éste hombre ha defendido convencido de que hemos transitado un tramo importante de nuestra vida como nación, pero que necesitamos mas sensibilidad y empeño en ciertas áreas que permitan que el crecimiento económico se esparza por todos lo rincones de la geografía nacional y a todos los estratos sociales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario