Hipólito Mejía Domínguez es el único candidato que ha ganado
Estamos hablando de elecciones en las que participaron personajes de la talla de Jacobo Majluta en el 1986 y del líder histórico de ese partido, José Francisco Peña Gómez en 1990 y 1994.
Se podría aducir que el fenecido Salvado Jorge Blanco no jugó su papel en el caso de Majluta y que el racismo y la rivalidad con Joaquín Balaguer y Juan Bosch impidieron que el carismático Peña Gómez se “calzara la ñoña “, para usar una frase muy utilizada por Peña, pero son precisamente esas circunstancias, esas variantes y otras tantas, las que hacen viable una candidatura presidencial, no el deseo, el dinero y el ego de los candidatos participantes.
Esa es una de las ventajas que tiene el ex presidente Mejía, y la está explotando muy bien, sabe, como viejo zorro cibaeño, que por la boca muere el pez y consecuentemente, también vive.
Igualmente están conscientes los perredeístas que Mejía Domínguez supo aglutinar las fuerzas que circundan al perredeísmo y amarrar todos los cabos internos que fueron necesarios para compactar una candidatura ganable que pudiera concertar con ciertas fuerzas reformistas y de la llamada clase silente, que hablan mas que nadie, que como sabuesos están al acecho para colarse en cualquier proyecto que les pueda oler a poder.
Si a todo esto agregamos que el último referente de perdedor en ese partido etiqueta a Miguel Vargas, el contrincante de Mejía, estamos ante una situación difícil de descifrar, donde los pronósticos tienen que ser reservados, y esto también favorece a Mejía, pues nadie hace un año pensaba que el PRD estaría enfrascado en la lucha que se esta librando en estos momentos, después de ser testigos de la fuerza mostrada por Vargas cuando estaba jugando prácticamente solo, de su poder económico convertido en una avasallante campaña publicitaria.
El 6 de marzo esta llegando, veremos que pesa mas, como reaccionan lo pueblos y sacaremos conclusiones.
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