No se deje engañar

La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. Friedrich Nietzsche

Estamos entrando a una campaña electoral, o a lo mejor saliendo, no es posible precisarlo con exactitud en un país que vive en política todo el tiempo. Pero el año 2012 se tendrá que elegir un nuevo Presidente y Vicepresidente de la Republica.

Los políticos son capaces de cualquier cosa para conseguir los votos, ofrecen lo imposible, saben que eso le gusta a sus seguidores y no se detienen ante nada, aun sepan que están mintiendo, continúan campantes como el hombre aquel, días tras días, buscando la manera de ganarse a un pueblo iluso, fanático, fácil de llevar, de conducir, por su ingenuidad y porque siempre está en contra de algo o alguien en vez de estar a favor de lo que le conviene.

Pero algún día aprenderá, adquirirá la coraza que le permitirá conocer al cojo sentado y al ciego durmiendo, y se formará un concepto claro de cuales deben ser sus pretensiones. Será cuando deje de buscar las soluciones porque se de cuenta que las tiene entre sus manos, que siempre las ha tenido y que solo debe despertar del letargo al que ha sido inducido y emprender junto a sus amigos, familiares, y si no se puede, solo, la batalla por los principios y valores con los que fue forjada nuestra nación, donde el derecho y verdad sean exigidos al tiempo que se predica con el ejemplo.

Esa es la única manera de desenmascarar los farsantes de una sociedad, que no son tan solo políticos, están en todos los estratos. Pero como estamos en campaña electoral, con estos es que debemos empezar.

Lo primero que debemos hacer en observar con quienes andan, recuerden que “dime con quien andas y te diré quien eres”.

Lo segundo, óigalos, pero con atención, y luego véalos actuar, si sus palabras se parecen a sus hechos, créale, está ante una especie rara, que actúa de acuerdo a lo que dice. Eso es de personas convencidas de su discurso, de personas serias.

Y por último, investigue su pasado, entérese de cómo ha actuado, que ha hecho, y sobre todo, lo que ha dejado de hacer. Todos los aspirantes tienen un pasado, escudríñelo y conocerás lo que son. “Por sus frutos lo conoceréis”, dijo Jesucristo, pero lo que han dejado de hacer también es importante, lo que no hizo cuando podía, ahora tampoco lo hará. No se deje engañar.