¿Que tipo de presidente conviene a la República Dominicana? es una pregunta obligatoria en cualquier conversación donde no esté presente el fanatismo partidario.
Si analizamos la situación económica mundial, los retos que enfrentan los principales países del planeta, la crisis que azota los grandes mercados, indudablemente tendríamos que decidirnos por alguien diestro en esas cuestiones.
Pero los que no tienen nada desean un cambio para mejorar su situación, no les importa la economía mundial, sus problemas diarios no les permite entender que debemos manejarnos bien hoy para evitar males peores mañana. Esa no es (ni puede ser) su prioridad.
Pedirle a una familia que no ha podido comer que posponga su hambre, que espere un mañana mejor no es fácil. Esos sectores que padecen toda clase de precariedades rechazan a los que no han podido resolver sus problemas, pero estas elecciones son disputadas por los partidos que han gobernado los últimos doce años, el pueblo está obligado a elegir uno de ellos.
Sin embargo, con una lupa podríamos (si enganchamos en un clavo las simpatías y el partidismo) encontrar el candidato con las condiciones necesarias para enfrentar los desafíos internacionales y resolver los acuciantes problemas de las clases menos favorecidas. Es cuestión de observar cuidadosamente.
No podemos elegir dos presidentes, consecuentemente, debemos pensar bien a la hora de decidir. Todos los candidatos tienen defectos y virtudes, desean lo mejor para el país y están llenos de buenas intenciones, pero tan solo podemos elegir uno.
Usted tiene el futuro de su familia y del país en sus manos, actúe con responsabilidad. No vote en contra de nadie, vote a favor de la nación, que es votar a favor de usted.
Usted tiene el futuro de su familia y del país en sus manos, actúe con responsabilidad. No vote en contra de nadie, vote a favor de la nación, que es votar a favor de usted.
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