Con la muerte de Hugo Chávez se ha perdido un hombre que defendía lo que creía, solidario. Como todo líder de su
dimensión sus contrarios eran y son muchos. Es imposible tratar de hacer una
revolución como la que pretendió sin erosionar la unidad nacional.
No queremos entrar en juicio de valor sobre las políticas
internas de Venezuela, eso se lo dejamos a los venezolanos, pero hay que reconocer que internacionalmente Chávez trascendió. Solo hay que ver el
despliegue que se le ha dado a esta noticia en todos los idiomas.
Escribir estas líneas sin mencionar a los que han tenido que emigrar de Venezuela sería faltarle
a la verdad. Ese país ha sufrido una estampida de los sectores que no comulgan con las políticas de Chávez. Empresarios
tradicionales, hombres de negocios que creen y defienden la libre empresa, se
vieron obligados a sacar sus capitales por la imposición de un modelo con el
cual no podían coexistir.
En otras palabras, hay venezolanos que están sufriendo y
otros que están alegres. A los seguidores de Chávez no se le puede pedir que no
lloren, que no demuestren sus penas, pero a sus contrarios, principalmente a
los que viven en Miami, si se le puede
condenar que estén haciendo fiestas y festejando la muerte de un ser humano
como pudimos ver por CNN en español el día que falleció Chávez. Que pena, hasta
después de muerto Chávez le esta ganando el pleito.
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