Dos
acontecimientos recientes, la construcción
de la Gallera
y la paralización del puente sobre el río Cana, han servido para recordar la
dolorosa conclusión a la que llegamos cuando vivíamos en nuestra hermosa tierra:
¡No nos hacen caso porque no nos valoramos!
Desde que se
paralizó la carretera Martín Garciá-Guayubin
en los primeros gobiernos del Doctor Joaquín Balaguer, para poner solo un
ejemplo, nunca hemos sido capaces
de obligar a ningún gobierno, de los
tres partidos, para que nos terminen esa obra, una prueba irrefutable de que nadie, ni autoridades,
ni políticos, ni ciudadanos, vivan o no en
el pueblo, hemos servido para nada, solo criticamos y nos dividimos. No hay
objetivos ni propósitos comunes.
Si nos propusiéramos
borrar esa imagen de sumisos y nos dedicáramos
a construir un proyecto provincial, con
los tres municipios trabajando, desasiéndonos
de regionalismos inútiles, propondría que comencemos
por exigir que se construya la carretera
Martín García para borrar esa vergüenza de tener más de cuarenta años esperando
que alguien termine esa obra.
Despertemos,
dejemos de ser tan ingenuos, nuestros descendientes no nos perdonaran tanta
falta de coraje, o dejemos de llamarnos “Cuna de la Restauración ”, para
no ofender a los que si se fajaron por lo que creían.
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