“El presidente Medina se queja de la debilidad de la justicia” y “El presidente del Senado exige manos duras a la justicia”, preocupados por los asesinatos ocurridos recientemente a pesar de la presencia militar en las calles. El respeto no se exige, se gana. Las diferencias económicas entre los que tienen todo y los que no tienen esperanzas es un barril de pólvora. La búsqueda “de lo mío” es lo que impera en la sociedad. Los valores familiares y ciudadanos han pasado a un segundo plano.
Se le puede
exigir más a la justicia, a nuestros mal
pagados policías y militares, pero la fiebre no esta en la sabana, el problema es
mucho mas profundo. Por años se les ha negado todo a un pueblo bueno. En sus
afanes por enriquecerse muchos políticos
y empresarios perdieron la perspectiva
de una realidad: ningún animal se deja morir de
hambre donde hay comida.
No
pretendemos justificar a estos
delincuentes, pero es necesario conocer parte de las razones para poder
enfrentar con éxito esta situación que esta presentando matices verdaderamente
preocupantes, "Si no conocemos el ¿Por qué?
No podremos solucionarlo".
Es
necesario despertar esperanzas en aquellos que han vivido en el ostracismo económico
por generaciones, demostrarle que las cosas están y seguirán mejorando, que sus
descendientes podrán estudiar y
trabajar, insertarse en la sociedad, que dejaran de ser parias.
Que no predomine la justicia social que muy bien definió el escritor francés Anatole France (1844-1924) , que dice: "Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es sagrado", desde el 2007 se celebra cada 20 de febrero el dia mundial de la Justicia Social, Las Naciones Unidas han sostenido que "la justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera" y que constituye "el núcleo de nuestra misión global para promover el desarrollo y la dignidad humana
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