En el
Partido Revolucionario Dominicano se acaban
de realizar tres actividades casi simultáneas,
una encabezada por el presidente y las autoridades estatutarias de esa organización,
otra por el pasado candidato presidencial y los llamados viejos robles y la
última, para mi la mas importante, representada por los perredeístas que no asistieron a ninguna de las dos primeras
reuniones del Comité Ejecutivo Nacional.
Esos ausentes
auguran que se acerca un entendimiento, ese grupo que no participó en ninguno de los
CEN se han convertido en la esperanza para que ese partido comience aportar el
equilibrio responsable entre las fuerzas políticas de la nación que
los dominicanos han esperado por años.
Los que se
nieguen a entenderse, de cualquiera de los otros dos grupos que se disputan la
primacía, los que no comprendan que hasta la belleza cansa, que piensan que con
bravuconadas unos y con trapisondas otros, podrán alzarse con el santo y la limosna, terminaran
en el zafacón de la historia. El país necesita de un PRD contestatario, pero
pregonando con el ejemplo, usted no puede pedir respeto si usted no se respeta
a si mismo. Esperemos.
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