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Santo Domingo, Distrito Nacional, Dominican Republic

lunes, 17 de agosto de 2009

Cuatro buenos ejemplos que nos hundirán

En nuestro país se están dando situaciones que suceden tan a menudo que ya las consideramos normales, y es preocupante que actitudes y formas de pensar y actuar totalmente divorciadas de las buenas costumbres y de la moral, apelando a que nos convienen o no nos hacen daños, las dejamos pasar porque en ese momento no nos perjudican.

Es esa la razón de que si estamos apurados, se justifica cruzar un semáforo en rojo, si nos detiene un policía, se justifica darle algo, si llegamos a cualquier lugar donde para organizar y hacer mas fluido el servicio que se recibe es necesario hacer filas, tratamos de colarnos y eso es celebrado y hasta se hacen anécdotas, no tan solo para mostrar sus vivezas, sino, para denostar a los entupidos, según esta forma de pensar, que hacen fila y esperan su turno. Un buen ejemplo de falta de educación.

Otra de las muestras de habilidades aceptadas como buena y valida por todos los sectores de la sociedad es el robo de la energía eléctrica yel cable. Sin importar la posición económica, quien se roba la luz se es tan corrupto y ladrón como cualquiera de estos funcionarios públicos que no pueden decirles a sus hijos de donde han salidos las comodidades que disfrutan en sus hogares. Se pierde tanto la vergüenza que lo comentan y alardean sin ningún estupor como si el robo de la luz yel cable no fuera una muestra de latrocinio delincuencial. Un buen ejemplo de mal ciudadano.

Es constumbre ver en cualquier supermercado a padres comiendo o bebiendo juntos a sus hijos cualquier mercancía antes de pagarla y hasta encondiendo la fundita, haciendo un gran esfuerzo para dejarle a sus hijos un buen ejemplo para que sean buenos ladrones.

Como tambien ordenarles a los hijos que digan que no están cuando les llaman por teléfono o van a sus hogares a procúrales algún cobrador, algún amigo, momentos que aprovechan muy bien los padres o tutores para enseñarles a sus hijos algunas lecciones de cómo ser un buen ejemplo en el arte de mentir.

La lista es larga, revisémonos y tratemos de cambiar, si cambiamos todos, cambiamos al mundo.

Una historia para no ser indiferente:

Un ratón, mirando por un agujero en la pared, ve a un granjero y a su esposa abriendo un paquete... pensó, luego, qué tipo de comida podía haber allí... y quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera.

Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: “Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa”.

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo: “Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada, no me incomoda.”

El ratón fue hasta el cordero y le dijo: “Hay una ratonera en la casa, una ratonera” “Discúlpeme Sr. Ratón, pero no hay nada que yo pueda hacer, sólo orar. Quédese tranquilo, señor, será recordado en mis oraciones.”

El ratón se dirigió entonces a la vaca. “¿El qué, Sr. Ratón? ¿Una ratonera? Pero acaso, ¿estoy en peligro? Pienso que no”. Entonces el ratón volvió para la casa, cabizbajo y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche, se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa... y la cobra picó a la mujer.

El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre. Todo el mundo sabe que, para alimentar a alguien con fiebre, nada mejor que una sopa.

El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla.

Para alimentarlos, el granjero mató al cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo.

Muchas personas vinieron al funeral.El pobre hombre, muy triste y agradecido por la solidaridad, resolvió matar a la vaca para darle de comer a todos. .

La próxima vez que usted oiga decir que alguien está delante de un problema y crea que el problema no le merece atención, acuérdese que, cuando hay una ratonera en la casa, toda la hacienda corre riesgo

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