
El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos.Epíteto de Frigia
La política vernácula, es como un partido de béisbol que desde hace tiempo se esta jugando con reglas que la sociedad dominicana parece no estar de acuerdo, pero acepta y participa cada vez que es necesario, validándola con su presencia. Como lo que vale son los hechos, hay que concluir y reconocer que esas son las reglas con las que se debe jugar, so pena de excluirse y dejarles el terreno a los “ineptos”, (así entre comillas), que han demostrados ser mas inteligentes y mas aptos que los que están sentados esperando un cambio de las reglas para participar y arreglar la situación,  sin darse cuenta que para entonces no se necesitaría ningún arreglo porque ya estaría arreglada o sería imposible de salvar porque estaría muy deteriorada.
Si no despiertan del letargo en el cual han permanecidos por muchos años, y dejan que los otros, los que hacen política, hagan las cosas como creen, que hablen por todos y solo escuchen lo que les conviene, no se ira a ninguna parte, estarán destinados a ser espectadores de la fiesta en la cual les corresponde ser las estrellas principales, conformándose  con quejarse de los que por su inercia o dejadez, han tenido la astucia y la osadía de colarse en las posiciones reservadas para los lideres, para los hombres que se han preparados para servir y para dirigir la nación.
Y estos intrépidos no engañan a nadie, porque van esas posiciones a hacer las cosas con desparpajos y sin congoja, tampoco están usurpando funciones de los que se han negado a participar en política, sino mas bien llenando el vacío de los que con esa actitud displicente e irresponsable, y con la excusa de que en la política todo se ha perdido, no han tenido la grandeza de tomar el toro por los cuernos, y pregonando con el ejemplo, tratar de cambiar las reglas para  crear un marco legal que trace las pautas que les permita encaminarse hacia un régimen donde la justicia social, que se abran las ventanas y el servir al partido para servir al pueblo, no solo sean enunciados de los políticos.
Para que se les pueda garantizar un mínimo de esperanza a la sociedad , hay que empezar ahora, juntarse con los que desde hace tiempo entendieron que había que entrar en el juego y están inmersos en esos propósitos, pero no con posiciones intransigentes y ofuscadas, que no permitan unificar los criterios y las posiciones para lograr un entendimiento. 
Aunen esfuerzos, que para hacer estos cambios no se puede estar alejado, participen en el juego, que poco a poco se puede lograr el país que soñaron, pero sin diatribas ni sofismas, la realidad hay que aceptarla como es si se quiere tener éxitos.
El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.Winston Churchill

 
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