
Como todo ciudadano que quiere su país, los deseos de importar las formas de vida que, uno se imagina y cree, son las mejores desde otras sociedades a la nuestra, no cesan de martillar en el centro del alma, y con ellas la no explicación del ¿por qué? no podemos conseguirlo a pesar de que contamos con hombres capaces y aparentemente bien intencionados.
Como sociedad hemos venido adoleciendo, generación por generación, de males que a todas luces son corregibles, son problemas tan sencillos que acualquier otro país le tomaría poco tiempo para ser solucionados, y sin embargo en nuestra amada tierra, se eternizan y hasta se vuelven una costumbre, nos hemos adaptados, por ejemplo, a los cobradores en las guaguas, al moto concho, a no respetar la aceras, al desastre del transito, a que los policías ganan poco, y entonces hay que darle su borona, a pedir un servicio del gobierno, pero primero hay que preguntar si alguien lo conoce, porque no se puede ir así a manos pela, y otras tantas situaciones que es imposible enumerarlas por el poco espacio y porque sería redundar.
Esa es nuestra realidad, vivimos auto engañados, deslumbrados por lo que deberíamos ser y lo que somos, perdiendo nuestra identidad, buscando una vía expedita para llegar a mejores condiciones de vida, y abandonamos los caminos libres que nos dejaron nuestros ancestros, en fin, andamos dando tumbos, recorriendo una y otra vez los mismos caminos, y creyéndonos que descubrimos caminos nuevos, esa es la razón de tantos tropiezos y tantas alucinaciones,
Somos propensos a que nos engañen, porque siempre creemos que sabemos mas que el otro y que llegaremos primero, y precisamente es donde está el error, en tratar de ser mas hombre y mas diestro que el otro, si ser hombre ya es algo muy grande y la destreza se consigue aprendiendo de los que nos precedieron, y esta última cualidad la hemos perdidos.
La realidad existente no puede realmente
Ser rechazada ni aceptada.
Huir de ella es como
Tratar de huir de tus propios pies.
Aceptarla es como
Tratar de besar tus propios labios.
Todo lo que hay que hacer es mirar,
Comprender y estar en paz.
Anthony De Mello.
Reencontrémonos con nuestros fundadores y con los ideales de todos aquellos que nos precedieron, sin importar si fueron exitosos o no. De los exitosos, tomemos las herramientas que les permitieron triunfar y ser hombres de bien para aportar a la sociedad y servir de ejemplo, y de los que fallaron en el intento, de los fracasados, observemos porque no pudieron triunfar, cuales fueros sus fallas y enmendemos esos errores, quizás de los que fracasaron, logremos conseguir las razones que hacen perdurar nuestros males y logremos construir una sociedad mas justa y mas ordenada, tenemos los medios, solo nos falta la voluntad de aportar y de exigir.

 
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