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Santo Domingo, Distrito Nacional, Dominican Republic

sábado, 17 de octubre de 2009

Font Bernard, Leonel y el tiburón


A casi tres años de la muerte de Ramón Font Bernard, a los 86 años de edad, aquellos que cada sábado buscábamos el periódico matutino Hoy para leer sus artículos, sentimos todavía un vacío sabatino, una especie de carencia informativa y anecdotario, que parece no será llenada por otros que poseen las informaciones y tienen el conocimiento suficiente como él para entrar en ese mundo de relatos e historias del pasado reciente dominicano.

Lleno de creencias y de fábulas propias de los hombres que nacieron y crecieron en la época que le correspondió a Font Bernard, éste nos deleitaba con narraciones, con vivencias que nos cautivaban y mantenían ansiosos, semanas tras semanas, esperando esos artículos donde exponía sus experiencias, nunca faltando a la confianza póstuma de aquellos con quienes les toco compartir y transitar es su larga vida.

Conocedor de las intríngulis de la época y de los lideres que forjaron las bases de la nación dominicana en el siglo 20, haciendo uso mesurado y concienzudo de todo lo aprendido y vivido, se convirtió en un referente histórico del liderazgo moderno y en un asesor necesario para los gobernantes, por su manera de contraponer las situaciones vividas con los problemas actuales, permitiéndole aconsejar y exponer a estos liderazgos con la fuerza y la verdad de la experiencia.

Como es natural, estas consultas pasaban en muchos casos desapercibidas por el nivel de los personajes, por la necesidad requerida para estos casos de estado y hasta familiares o por la complejidad de que los asuntos tratados pudiesen tener incidencia históricas de las cuales sus protagonistas no estarían muy gustosos que se conocieran.

Uno de los casos mas interesantes, de los tantos que Font Bernard trató públicamente, fue cuando le pidieron que comparara a Leonel Fernández con Joaquín Balaguer y éste respondió mas o menos así: “Se parecen bastante, pero a Fernández le falta una condición que a Balaguer le sobraba y es que podía comerse un tiburón podrido y no eructaba, si Fernández logra comérselo sin eructar, gobernará tanto o más que Balaguer.”

El tiempo ha pasado, no tengo conocimiento de si Font le dio al presidente Fernández ese consejito personalmente ni si le confió cuantas veces había que comerse el dichoso tiburón, pero ya Leonel va por tres períodos y no vemos muchos tiburones por ahí.

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