El otoño y la Navidad

El otoño trae consigo una brisa fresca, las noches son mas largas, el ambiente promete diversión y las compras aumentan cada año, sin importar la situación. Ni los pleitos, ni los políticos, ni los asaltos ni lo secuestros, ningún problema nos daña el recreo anual y todos tratamos de disfrutar a la manera de cada cual.

Se renuevan las amistades, es tiempo de perdonar, se encuentran los vecinos y ayudamos a los demás, cambiamos como si estuviésemos programados. La risa, la alegría, la comprensión y el amor se convierten de repente en nuestros compañeros de siempre, no nos dejan solos, es como si el otoño, si la música y las luces navideñas nos encantaran a todos.

¿Por qué nos pasa eso?, ¿Por qué tenemos que esperar el otoño para cambiar nuestra actitud ante la vida? Sencillo, por los patrones que nos han formados. Nos hemos dejados programar hasta para nuestros tiempos de alegrías, ignorando que se puede vivir así todo el año, posponemos nuestras fuerzas y nuestros deseos, y caemos en el desenfreno desde octubre hasta enero.

¡Que en esta época nos deleitemos y disfrutemos, que perdonemos y amemos, que le tendamos la mano a los mas necesitados y ojala que podamos aprender que la vida es un viaje desde el nacimiento hasta la muerte, y que usted debe escoger entre: obstinarse pensando en el final, o hacer el viaje disfrutando el camino, en cada tramo, a cada momento, cada día amar con fuerza, llenarse de placer sin olvidarse nunca que la vida es sufrimiento o alegría, que todo depende de usted!.