Pasándole Facturas al País

Porque aquellos que se sacrificaron por la patria no son en nada culpables de los desaciertos de sus descendientes, porque se desprendieron de sus vidas, sus bienes y su libertad para que los dominicanos pudiésemos disfrutar esta democracia que, aunque potranca, nos llena de orgullo, no mencionaremos los apellidos que dan pie a este articulo.


Un amigo cuyas ocurrencias nos dejan boquiabiertos por la realidad de sus reflexiones, siempre con una simplicidad y naturalidad que hacen mucho más certeros sus enfoques, dice que ciertas familias viven pasándole facturas al país por lo que hicieron algunos de sus antepasados, y como no se puede cuantificar la deuda con esos héroes, sus descendientes no se cansan de cobrar por esas hazañas en las que ellos nada tuvieron que ver absolutamente nada.


Sus antepasados, imbuidos de heroísmo, cansados de los abusos de los dictadores de turnos o por simple problemas familiares y personales con los que ostentaban el poder, cualquiera que fueren las razones, enfrentaron a esos villanos logrando allanar el camino para que pudiésemos llegar hasta donde nos encontramos ahora como nación.

Ahora parte de sus descendientes pretenden vivir de esas proezas. La falta de entereza, de creatividad, de sacrificio, de templanza, de honor, de buenas costumbres, de familiaridad, el oportunismo, la ambición, la prepotencia, la dejadez, la vagancia, y sobre todo la desfachatez de parte de estos familiares terminaran asqueando al pueblo y a los gobernantes dominicanos, que hasta ahora han soportados que, con algunas excepciones, se nutran de la sangre derramada por sus antepasados y de los dineros de la nación.

Ojala que pudiesen imitar, aunque mínimamente, a sus parientes y se dediquen a sembrar como ellos, para que puedan cosechar y sentir la satisfacción que produce el poder llevarse un bocado a la boca fruto de sus esfuerzos. Y que los gobernantes de turno comiencen a despojarse de los que, amparados en esos apellidos, viven haciendo travesuras y estupideces, faltos de luces y de visión, para que de una vez por todas descansemos y dejemos de perder tiempo con estos bárbaros que se creen tener licencia para sus desatinos.