Solo así se puede explicar que no se pongan de acuerdo,   que no se dejen de pelear, que comprendan
que  el PRD es de todos, sin excepción, y
se dediquen a buscar lo que los une deponiendo intereses  personales, que piensen que si  su partido esta bien, ellos, los de Miguel
Vargas e Hipólito Mejía,  también lo
estarán.
Pero no, los seguidores de  Miguel  dicen
que  Hipólito esta afuera y afuera se
quedará, y los de Hipólito dice que van a sacar a Miguel, que éste no tiene a
nadie y que el, junto al gobierno, quiere dividir el partido. Como si la
tozudez de ambos bandos necesitara ayuda de afuera para dividirlo. 
Cuentan que  en  el Infierno y en  el Paraíso se  sirve la misma comida, y en ambos lugares se
tiene que comer con una cuchara larga agarrada por el extremo,  lo  que prácticamente  impide que puedan  llevársela  directamente  a la boca por el largo de la cuchara.
En el infierno, como todos  comen solos y se viven peleando, movidos por el interés personal y obnubilado por  la angurria y el afán de ganarle a los otros,  aun teniendo abundante comida, todos están flacos y muriendo de
hambre por la imposibilidad de llevarse la comida a la boca con una cuchara tan
larga.
En cambio en el Paraíso, con la misma cuchara larga,  comen de la cuchara del otro y  viceversa, se dan la comida uno al otro sin
resquemores,  compartiendo se alimentan,
allí en el Paraíso todos están rozagantes porque el ego no los entorpece. 
El país necesita un PRD funcional, eso  solo se consigue si ellos entienden, si dejan
los pleitos  que tiene harto a la
sociedad. No tienen que salirse ni sacar a nadie de ese infierno, solo tienen
que ayudarse mutuamente para convertir ese partido en un Paraíso. De ellos
depende y de nadie mas. 

 
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