El nuevo año ha comenzado y las espectativas políticas parecen desbordadas. Lo que parecía un "paseito" del partido gobernante se ha venido complicando paulatinamente.
Todo indica que aquellos que pensaban que no necesitarían a nadie para que el presidente Danilo Medína se reelegiera deberían, si es que no lo han hecho ya, reconsiderar su triunfalismo.
El merecido posicionamiento del presidente y su extraordinario desempeño es reconocido por todos, pero la franja de votos no peledeísta ( que ha oscilado entre el 40 y 47% en las últimas elecciones) no puede ser ignorada. Esos votantes, que en algunas encuestas parecen favorecer al presidente,
no son confiables. A la hora de la verdad pesará más " la sal que el chivo."
Lo correcto es llegar a las elecciones con un partido unido. El triunfalismo no es buen consejero, eso lo deben saber aquellos a los que la arrogancia no les permite reconocer el valor de un liderazgo, que si bien ha cometido errores, ha sido, junto a Danilo, los que han ganado todas las batallas.
A todos debemos recordarle lo que decía Mahanma Ghandhi:
"Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte y tan humilde que todos quieran estar contigo"
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